Barcelona – El vestuario del FC Barcelona vive horas de tensión. Ansu Fati, el canterano que hace cinco años era la gran promesa del club, ha comunicado a la directiva su deseo irrevocable de salir en el mercado de invierno. Según fuentes cercanas al jugador, la gota que colmó el vaso fue la suplencia en el Clásico y la falta de minutos en la Champions League. Bajo las órdenes de Hansi Flick, Ansu solo ha disputado 187 minutos en toda la temporada, repartidos en 11 partidos, sin goles ni asistencias.

En medio del torbellino, sus compañeros más cercanos, Lamine Yamal (17 años) y Pedri (21), han tomado cartas en el asunto. Ambos mantuvieron una larga conversación con Ansu tras el entrenamiento del martes en la Ciutat Esportiva. “Le dijimos que tenga paciencia, que Flick confía en él y que su momento llegará”, reveló una fuente del vestuario a Mundo Deportivo. Yamal, que comparte posición en la banda izquierda, añadió: “Ansu es un crack, lo necesitamos. Si se va, perdemos mucho”. Pedri, por su parte, apeló a la experiencia: “Yo también pasé por lesiones y dudas, pero el Barça siempre recompensa a quien espera”.

Sin embargo, las palabras de apoyo no han hecho mella. Ansu, representado por Jorge Mendes, ya ha recibido ofertas concretas del Wolverhampton, el Sevilla y el Porto. Su cláusula de rescisión (400 millones) no es obstáculo: el Barcelona está dispuesto a negociar un traspaso por 25-30 millones o una cesión con opción de compra obligatoria. “Quiere jugar ya, no en seis meses”, asegura su entorno.

Flick, en rueda de prensa, fue diplomático: “Ansu entrena bien, pero hay mucha competencia. Respeto cualquier decisión, pero la puerta siempre estará abierta”. Laporta, por su parte, se reunió con Mendes el miércoles. El presidente intenta retener al ’10’ hasta final de temporada, pero la presión del jugador es máxima.

En el Camp Nou se respira incertidumbre. Mientras Yamal y Pedri intentan salvar a su “hermano mayor”, Ansu Fati ya tiene la maleta medio hecha. El talento que maravilló al mundo con 16 años busca oxígeno lejos del club de su vida. El Barça, entre la nostalgia y la necesidad económica, se enfrenta a una decisión histórica: ¿dejar marchar a una leyenda en potencia o forzar su estancia en un banquillo que quema?