J.K. Rowling suspiró por el “Snape negro” y expresó su nostalgia por el fallecido actor Alan Rickman, quien interpretó magistralmente el papel de Severus Snape. Según ella, Paapa Essiedu y el director deberían sentirse culpables por intentar forzar el elemento “WOKE” dentro del universo de Harry Potter.
El anuncio de Paapa Essiedu como Severus Snape en la próxima serie de televisión de Harry Potter de HBO ha desatado un caldero de controversia, con J.K. Rowling en el centro de la tormenta. La autora, que funge como productora ejecutiva, ha expresado supuestamente sentimientos encontrados sobre la elección, recordando la icónica interpretación del fallecido Alan Rickman, quien definió al personaje en la saga cinematográfica original entre 2001 y 2011. La nostalgia de Rowling por la versión de Rickman, sumada a su aparente suspiro ante el fichaje de Essiedu, ha alimentado debates sobre la decisión de elegir a un actor negro para un papel tradicionalmente descrito como pálido y demacrado. Los críticos, especialmente en plataformas como X, han acusado a HBO y al director Mark Mylod de inyectar elementos “woke” en el Mundo Mágico, mientras que otros defienden la decisión como una reimaginación audaz de un personaje querido.

Los sentimientos de Rowling, según fuentes cercanas a la producción, subrayan su fuerte vínculo con el Snape de Rickman, cuya piel cetrina, cabello negro grasiento e intensidad sombría se volvieron sinónimos del personaje. En una publicación en X en mayo de 2025, Rowling elogió la capacidad de Rickman para capturar la complejidad de Snape, describiéndolo como “irremplazable” en el papel. Sus palabras llegaron en medio de especulaciones sobre el casting de Essiedu, confirmado en abril de 2025 por HBO junto a John Lithgow como Dumbledore y Janet McTeer como McGonagall. Aunque Rowling ha declarado públicamente que no tiene autoridad para despedir a Essiedu y que no lo haría por tener visiones distintas, sus comentarios melancólicos sobre Rickman se han interpretado como una crítica sutil a la nueva dirección, especialmente considerando su historial de choques con ideologías progresistas.

La reacción contra Essiedu ha sido feroz en ciertos sectores del fandom. Publicaciones en redes sociales, en particular en el subreddit r/CriticalDrinker, sostienen que la descripción canónica de Snape —pálido, de nariz ganchuda y socialmente marginado— convierte la elección de Essiedu en una desviación que arriesga alterar la esencia del personaje. Algunos fans, citando las propias palabras de Rowling en Harry Potter y el Misterio del Príncipe, donde Snape aparece con “piel cetrina” y “cabello negro grasiento”, afirman que la decisión prioriza la diversidad por encima de la fidelidad al material original. También señalan las implicaciones narrativas, argumentando que un Snape negro podría modificar la dinámica de su historia, en particular el acoso que sufrió a manos de James Potter, lo que podría añadir matices raciales incómodos en el Hogwarts de los años 70. Las acusaciones de casting “woke” también se han dirigido a Mylod, cuyo trabajo en Succession contrasta con el tono fantástico de Harry Potter, lo que genera dudas sobre su visión para la serie.
Sin embargo, los defensores del fichaje de Essiedu, incluido el actor original de Harry Potter Jason Isaacs, han salido en su defensa. En el FanExpo Denver en julio de 2025, Isaacs —quien dio vida a Lucius Malfoy— calificó la reacción negativa de “racista” y elogió a Essiedu como “uno de los mejores actores que he visto”. Los partidarios sostienen que la apariencia física de Snape es secundaria frente a su profundidad emocional: un antihéroe atormentado impulsado por el amor y la redención. Essiedu, conocido por su papel nominado al Emmy en I May Destroy You, aporta una presencia imponente que podría reinterpretar a Snape para una nueva generación. Artículos en The Guardian y Grazia han sugerido que un Snape negro podría enriquecer al personaje, destacando los temas de prejuicio y alienación ya presentes en la obra de Rowling, especialmente a través de su condición de “mestizo” en un mundo obsesionado con la pureza de sangre.

La postura de Rowling sigue siendo matizada. En un comunicado de mayo de 2025 en X, aclaró: “No creo en quitarle el trabajo o el sustento a la gente porque tenga creencias legalmente protegidas que difieren de las mías”, refiriéndose a la firma de Essiedu en una carta a favor de los derechos trans, que chocaba con sus propias posturas. Esto ha llevado a acusaciones de hipocresía por parte de activistas trans, quienes critican a Essiedu por trabajar en un proyecto asociado a Rowling mientras apoya su causa. Mientras tanto, fans conservadores denuncian lo que consideran una traición al legado de Rickman, con publicaciones en X que califican el casting como un error “woke” de HBO para complacer a las audiencias modernas. La controversia subraya el reto de adaptar un fenómeno cultural como Harry Potter en un clima tan polarizado.
A medida que la serie, prevista para estrenarse a finales de 2026 o principios de 2027, avanza hacia la producción, Essiedu enfrenta una presión inmensa para honrar a un personaje inmortalizado por Rickman mientras navega un fandom dividido. La nostalgia de Rowling por su visión original, combinada con el impulso inclusivo de HBO, ha colocado a Snape en el centro de un tira y afloja cultural. Si la interpretación de Essiedu logrará silenciar a los críticos o profundizar la división aún está por verse, pero el debate ya ha proyectado una larga sombra sobre el regreso del Mundo Mágico.