😡 “ESTÁ DESTRUYENDO AL REAL MADRID”. Mbappé estaba furioso y dirigió todas sus críticas al entrenador Xabi Alonso tras el decepcionante empate 1-1 del Real Madrid contra el Girona. Sin embargo, no solo no reconoció su error, sino que Xabi Alonso criticó duramente a Mbappé ante los medios, lo que tensó aún más la situación. 👇👇

😡 “ESTÁ DESTRUYENDO AL REAL MADRID”. Mbappé estaba furioso y dirigió todas sus críticas al entrenador Xabi Alonso tras el decepcionante empate 1-1 del Real Madrid contra el Girona. Sin embargo, no solo no reconoció su error, sino que Xabi Alonso criticó duramente a Mbappé ante los medios, lo que tensó aún más la situación. 👇👇

La afición del Santiago Bernabéu rara vez ha presenciado tanta tensión en el vestuario del Real Madrid. En una fresca noche de noviembre en el Estadio Montilivi, los blancos abandonaron el campo con dificultad tras un frustrante empate 1-1 contra el Girona, su tercer empate consecutivo en LaLiga.

El ambiente estaba cargado de decepción, pero fue la furia de Kylian Mbappé tras el partido la que desató la polémica, dirigiendo duras críticas directamente al entrenador Xabi Alonso.

El astro francés, autor del empate desde el punto de penalti, no se contuvo y acusó a Alonso de una mala gestión táctica que estaba “destrozando al equipo”.

Fuentes cercanas al club revelaron el visible enfado de Mbappé en el túnel de vestuarios, donde, según se informa, confrontó a Alonso por la incapacidad del equipo para convertir el dominio en victoria.

La frustración de Mbappé surgió tras un partido en el que el Real Madrid acribilló la portería del Girona con 25 disparos, pero solo cuatro a puerta. El delantero de 26 años desató cinco ocasiones, incluyendo una fulgurante al principio del partido que se fue rozando el larguero.

Vinícius Júnior fue igual de despilfarrador con siete intentos, lo que puso de manifiesto un problema crónico en el último tercio del campo. A pesar de una expectativa de gol de 2.62, muy superior a la de 1.13 del Girona, el Madrid desperdició una oportunidad tras otra.

El impresionante gol de Azzedine Ounahi en el descuento antes del descanso dejó a los visitantes conmocionados, y aunque el penalti de Mbappé en el minuto 67 restableció la igualdad, el daño ya estaba hecho.

El empate cedió el liderato al Real Madrid ante el Barcelona, ​​que ahora iba a un solo punto de distancia y con la presión cada vez mayor.Inmediatamente después, las declaraciones de Mbappé a los periodistas a las afueras del estadio estaban cargadas de veneno.

“Está destruyendo lo que construimos la temporada pasada”, se enfureció el exjugador del PSG, con la voz temblorosa de rabia. Señaló la decisión de Alonso de persistir con un sistema de presión alta que dejaba a la defensa expuesta, especialmente contra los contraataques del Girona.

Mbappé, quien ha marcado 14 goles en 15 partidos esta temporada, argumentó que las tácticas rígidas del entrenador sofocaban la creatividad y sobrecargaban a los delanteros. “Creamos todo, pero el plan nos falla en el momento crucial.

No es culpa nuestra, es culpa suya”, añadió, con una amargura inusual en sus ojos.

Este arrebato marcó un cambio radical respecto al anterior apoyo público de Mbappé a Alonso, donde instó a sus compañeros a “proteger” al técnico en medio de rumores de discordia a principios de temporada.El vestuario, antaño un bastión de unidad bajo el mando de Carlo Ancelotti, ahora se siente fracturado.

Fuentes internas informan que las palabras de Mbappé se hicieron eco de los sentimientos de varios jugadores veteranos, incluido Vinícius Júnior, quien ha expresado en privado sus dudas sobre la adaptación de Alonso a largo plazo.

El extremo brasileño, recién renovado, fue visto discutiendo acaloradamente con Alonso durante el descanso, gesticulando animadamente hacia el campo. Arda Güler, sustituido en el descanso tras una actuación mediocre, se convirtió en un punto de conflicto involuntario cuando Alonso lo criticó posteriormente por su falta de “actitud”.

Pero la diatriba de Mbappé elevó el asunto a un nivel crítico, con la leyenda del club Raúl González interviniendo, según se informa, para calmar los ánimos antes de que el autobús del equipo partiera hacia Madrid.Alonso, el excentrocampista del Madrid de 43 años que tomó las riendas en un sorpresivo nombramiento veraniego, se negó a asumir la culpa pasivamente.

Al aparecer en rueda de prensa con 20 minutos de retraso —una eternidad en la prensa—, el rostro del entrenador vasco era una máscara de furia contenida. Rodeado de sus asistentes, comenzó con una evaluación mesurada del partido: “Dominamos, creamos ocasiones, pero nos faltó instinto asesino.

La autocrítica es clave, y la abordaremos”. Sin embargo, al ser presionado sobre las acusaciones de Mbappé, el tono de Alonso se endureció drásticamente.

“Kylian es un talento de talla mundial, pero el talento solo no gana títulos”, replicó, y sus palabras resonaron en la sala como una entrada oportuna.La réplica del entrenador subió de tono rápidamente, desviándose hacia un terreno personal que dejó atónitos a los espectadores.

“He visto jugadores como él antes: explosivos, talentosos, pero a veces más centrados en los titulares que en los goles”, continuó Alonso, con la mirada fija en las cámaras.

Arremetió contra la toma de decisiones de Mbappé, citando el gol anulado justo antes del descanso (anulado por una mano en la previa) como un símbolo de “individualismo temerario por encima del juego de equipo”.

“Si estamos señalando, empecemos por los que se ensañan con la portería vacía o discuten con los árbitros en lugar de terminar el trabajo”, añadió Alonso, una indirecta apenas velada a los cinco disparos desviados de Mbappé. La sala quedó en silencio; Incluso periodistas veteranos intercambiaron miradas inquietas.

No se trataba de una maniobra diplomática, sino de una evisceración pública, transmitida en directo a millones de personas.

Las redes sociales estallaron en las horas siguientes, con #MbappéVsAlonso como tendencia mundial. Los madridistas, una afición notoriamente apasionada, estaban divididos. Algunos apoyaron a Mbappé, inundando las redes sociales con memes que lo presentaban como un “destructor” en un Bernabéu en ruinas.

“¡Está destrozando al Real Madrid! ¡Que lo despidan ya!”, proclamaba una publicación viral, que acumuló más de 50.000 “me gusta”. Otros defendieron al entrenador, elogiando su estilo progresista que catapultó al Bayer Leverkusen a la gloria de la Bundesliga la temporada pasada.

“Alonso está construyendo el futuro; Mbappé necesita madurar”, replicó una destacada cuenta de un aficionado.

La prensa española se sumó a la protesta, con el titular de Marca gritando “¡Guerra Civil en el Bernabéu!”, mientras que AS diseccionaba la “brutal honestidad” de Alonso, calificándola de genio o de suicidio profesional.El presidente del club, Florentino Pérez, siempre maestro de orquesta, permaneció visiblemente en silencio mientras se desarrollaba el drama.

Fuentes indican que ha programado conversaciones de crisis para el lunes, con Mbappé y Alonso como protagonistas. La visión de Pérez de una era post-Ancelotti dependía del pedigrí de Alonso y la condición de supernova de Mbappé, pero esta desavenencia amenaza con descarrilarla.

Su rendimiento reciente —una emocionante victoria por 4-3 en la Champions League contra el Olympiacos, donde Mbappé anotó cuatro goles— había disipado brevemente las dudas, pero tres empates en LaLiga las han reavivado.

El resurgir del Barcelona con Hansi Flick añade urgencia; El Clásico se avecina en febrero, y Pérez exige un título.Mientras el Real Madrid se prepara para un choque entre semana contra el Athletic de Bilbao, la unidad del equipo pende de un hilo.

Mbappé, quien se incorporó entre bombos y platillos como el salvador del Madrid por 150 millones de euros, ahora se enfrenta al escrutinio sobre su adaptación a la intensidad de LaLiga.

Sus 14 goles ocultan problemas de fondo: una polémica por manos, goles fáciles fallados y, ahora, este duelo entre entrenadores. Alonso, mientras tanto, camina por la cuerda floja. Su porcentaje de victorias se sitúa en el 65%, impresionante pero insuficiente para la cultura madridista de ganar o perder.

“¡Ya basta!”, coreaban los aficionados a las afueras de Montilivi, con pancartas que exigían un cambio.Esta saga subraya los peligros de la transición en un club donde leyendas como Zidane y Ancelotti prosperaron gracias a la armonía.

La rabia de Mbappé y el contragolpe de Alonso han dejado al descubierto las grietas, pero la redención aún podría llegar. Una victoria del Bilbao podría reconciliar las cosas; un fracaso podría fracturarlas irreparablemente.

Por ahora, el deporte rey en el Real Madrid se siente todo lo contrario: un polvorín a la espera de la siguiente chispa. En el coliseo del fútbol, ​​los emperadores ascienden y caen con rapidez, y este duelo podría definir el destino de la temporada.

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