La enterraron viva en una caja bajo tierra durante 82 horas: el secuestro que aterrorizó a Estados Unidos en 1968 y del que Barbara Mackle salió con vida

En la madrugada del 17 de diciembre de 1968, Barbara Mackle, una estudiante de 20 años de Emory University, regresaba a su casa en Florida para pasar Navidad con su familia. Todo cambió cuando un hombre y una mujer golpearon la puerta del motel donde se hospedaba con su madre en Atlanta, Georgia.

Los secuestradores se hicieron pasar por policías. Dijeron que había habido un accidente y que debían seguirlos. Una vez dentro del vehículo, Barbara fue sedada con cloroformo. Al despertar, se encontró dentro de una caja de madera reforzada con fibra de vidrio, enterrada a casi un metro bajo tierra en un bosque de Gwinnett County.

La caja medía apenas 2 metros de largo por 90 centímetros de ancho. Contaba con dos tubos de ventilación, una bombilla alimentada por batería, un poco de agua, algunas barras energéticas y una manta. Los captores le dejaron una nota: si la familia pagaba 500.000 dólares, la liberarían.

Barbara pasó 82 horas en absoluta oscuridad. El oxígeno era limitado y el miedo a que los tubos se taparan la atormentaba. Escuchaba los latidos de su corazón y rezaba constantemente. Afirmó después que su fe y la esperanza de volver a ver a sus padres fueron lo único que la mantuvo cuerda.

Los secuestradores eran Gary Steven Krist, de 23 años, y su cómplice Ruth Eisemann-Schier, de 26. Krist, un fugitivo con antecedentes, había planeado el crimen durante meses. Contactaron a Robert Mackle, el padre de Barbara, un millonario promotor inmobiliario de Coral Gables.

El FBI intervino de inmediato. La familia recibió varias llamadas telefónicas con instrucciones para dejar el rescate. El primer intento falló porque los agentes seguían al padre y los criminales lo detectaron. El segundo intento, el 20 de diciembre, se realizó sin vigilancia visible.

Mientras tanto, Barbara agotaba el aire. La bombilla se apagó y el frío del suelo georgiano la hacía temblar. Pensó que moriría allí. En un momento de desesperación, golpeó la tapa hasta sangrar, pero la caja era indestructible.

La pista definitiva llegó por casualidad. Un agente recordó que Krist había comprado una jeep similar a la vista cerca del motel. Investigando registros de ventas, localizaron un terreno en Duluth donde el sospechoso había estado días antes. El 20 de diciembre al atardecer, los agentes comenzaron a cavar.

Encontraron la caja a las 5:47 de la tarde. Cuando abrieron la tapa, Barbara salió cubierta de tierra, pálida y deshidratada, pero viva. “Gracias a Dios”, fueron sus primeras palabras. Los paramédicos la trasladaron de inmediato al hospital; solo tenía hipotermia leve y contusiones.

Horas después, el FBI arrestó a Krist y Eisemann-Schier en el mar, cuando intentaban huir en un bote con el dinero del rescate. Ruth se convirtió en la primera mujer incluida en la lista de los 10 más buscados del FBI.

Barbara se recuperó físicamente en pocos días. Años después escribió el libro “83 Hours Till Dawn” y concedió entrevistas donde afirmó que nunca perdió la esperanza. Se casó, tuvo hijos y llevó una vida alejada de los focos.

El caso conmocionó a Estados Unidos y marcó un antes y un después en los secuestros por rescate. Inspiró la película de televisión “The Longest Night” (1972) y episodios de series como “Criminal Minds”.

Gary Krist cumplió diez años de prisión y, tras salir, volvió a delinquir. Ruth Eisemann-Schier fue deportada a Honduras después de cumplir su condena. Barbara Mackle, hoy con 76 años, sigue siendo símbolo de resistencia ante la peor pesadilla imaginable.

Su historia demuestra que incluso en la más absoluta oscuridad, cuando solo quedan los latidos del propio corazón, el ser humano puede encontrar la fuerza para sobrevivir.

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