“La gente no tiene educación, tener cromosomas XY no significa que seamos hombres”. La nueva declaración de Brittney Griner defendiendo a la boxeadora norteafricana Imane Khelif genera indignación en las redes sociales.
Brittney Griner, la superestrella de la WNBA, ha vuelto a encender una tormenta de controversia en las redes sociales después de hacer una declaración audaz y provocativa en defensa de la boxeadora norteafricana Imane Khelif.

Griner, quien no es ajeno a hablar sobre cuestiones de justicia social, ahora ha entrado en el complejo y a menudo polémico debate en torno a la identidad de género y la biología.
Sus comentarios, que sugieren que poseer cromosomas XY no equivale necesariamente a ser hombre, han provocado indignación generalizada y muchos cuestionan su comprensión de la ciencia biológica básica y las implicaciones sociales de sus palabras.
La declaración se hizo en respuesta a las recientes críticas que Khelif, una mujer transgénero, ha enfrentado en el mundo del boxeo competitivo. Khelif, quien pasó de hombre a mujer, ha sido objeto de un intenso debate sobre su participación en el deporte femenino.
Algunos han argumentado que el origen biológico de Khelif, que incluye cromosomas masculinos, le otorga una ventaja injusta sobre las mujeres cisgénero en la competición física. Esta controversia, que no es nueva en el mundo del deporte, ha generado respuestas apasionadas de diversas personas y organizaciones.
Sin embargo, la participación de Griner ha añadido una capa adicional de intensidad al debate.
Durante una entrevista pública, Griner respondió a las críticas en torno a la carrera boxística de Khelif, afirmando que «la gente no tiene educación; tener cromosomas XY no significa que seamos hombres».
Griner continuó argumentando que el género no está determinado únicamente por la biología, sino por una combinación de identidad, experiencia y autocomprensión.
La estrella de la WNBA enfatizó además que la sociedad necesita ser más abierta e inclusiva a la hora de reconocer el espectro completo de identidades de género, instando a las personas a alejarse de las definiciones binarias tradicionales de hombre y mujer.
“Es hora de que evolucionemos y dejemos de depender de perspectivas obsoletas y estrechas”, concluyó Griner.
Si bien la postura de Griner pretendía, sin duda, apoyar a las personas transgénero y abogar por un mundo más inclusivo, desató un acalorado debate en línea. El comentario se viralizó rápidamente, generando miles de respuestas, y muchos usuarios de redes sociales expresaron su conmoción y desacuerdo.
Los críticos argumentan que la posición de Griner descarta el papel de la biología en la conformación de las capacidades físicas, particularmente en deportes donde las ventajas físicas como la masa muscular y la densidad ósea son factores importantes en el rendimiento.
Algunos han acusado a Griner de tergiversar la ciencia biológica y subestimar la importancia de comprender las distinciones entre atletas masculinos y femeninos.
Uno de los principales puntos de controversia es la afirmación de que tener cromosomas XY no significa ser hombre.
Los críticos, muchos de los cuales son biólogos o profesionales médicos, argumentan que esta afirmación ignora el hecho de que el sexo biológico, determinado por los cromosomas, juega un papel clave en la configuración de los rasgos físicos que típicamente distinguen a los hombres de las mujeres.
“Es fundamental reconocer la diferencia entre sexo y género”, explicó un biólogo en redes sociales. “Si bien la identidad de género es una construcción personal y social, el sexo biológico sigue siendo importante en las actividades físicas. Afirmar lo contrario es ignorar principios fundamentales de la biología”.
Por otro lado, quienes apoyan la perspectiva de Griner argumentan que la identidad de género es una experiencia profundamente personal que no se reduce a cromosomas ni anatomía.
Sugieren que la lucha por los derechos de las personas transgénero en el deporte forma parte de un movimiento más amplio hacia la inclusión y la igualdad.
Muchos de estos simpatizantes creen que los atletas transgénero deberían poder competir según su identidad de género, en lugar de verse limitados por el sexo que les fue asignado al nacer. «Griner tiene razón al cuestionar estas ideas obsoletas y dañinas.
“Las mujeres transgénero merecen ser vistas y aceptadas por quienes son, no descartadas basándose en características biológicas que no pueden controlar”, tuiteó una simpatizante.
La controversia también ha provocado un debate más amplio sobre el papel del deporte femenino en una era de creciente visibilidad transgénero.
Algunos argumentan que incluir a mujeres transgénero en los deportes femeninos podría crear una ventaja injusta, especialmente para aquellas que hicieron la transición más tarde en la vida y pueden tener rasgos físicos que les dan una ventaja competitiva.
Otros, sin embargo, argumentan que el mundo del deporte debe encontrar maneras de nivelar el campo de juego para todos los atletas, independientemente de su identidad de género, sin recurrir a la exclusión o la discriminación.
Estos debates han dado lugar a pedidos de una mejor regulación, y algunas organizaciones abogan por políticas que garanticen una competencia justa y al mismo tiempo respeten los derechos de los atletas transgénero.
Los comentarios de Griner también han impulsado un debate más amplio sobre la educación y la necesidad de una mayor concienciación sobre las complejidades del género y la biología.
Muchas personas han señalado que aún falta una educación integral sobre estos temas, especialmente en relación con los derechos de las personas transgénero.
La conversación en torno a la identidad de género ha evolucionado rápidamente en los últimos años, y muchos sienten que la sociedad todavía se está poniendo al día en términos de comprender los matices del sexo, el género y cómo se cruzan en diferentes contextos, incluidos los deportes.
Algunos creen que esta falta de comprensión es la causa principal de la reacción contra la declaración de Griner, y que la gente reacciona por incomodidad o confusión.
A pesar de las críticas, Griner se ha mantenido firme en su defensa de Khelif y otros atletas transgénero. Ha utilizado su plataforma para abogar por la inclusión y desafiar las normas sociales que, en su opinión, limitan la libertad de expresión.
Griner, quien durante mucho tiempo ha sido una defensora de la justicia social, continúa ampliando los límites de la conversación, utilizando su condición de atleta de alto perfil para generar conciencia sobre los desafíos que enfrentan las comunidades marginadas.
En conclusión, la reciente declaración de Brittney Griner defendiendo a Imane Khelif ha provocado una controversia importante, revelando profundas divisiones en la sociedad sobre cuestiones de género, biología y deportes.
Aunque algunos apoyan el pedido de Griner de una mayor inclusión y aceptación de los atletas transgénero, otros argumentan que las diferencias biológicas deben reconocerse en las discusiones sobre la equidad competitiva.
A medida que el debate continúa desarrollándose, queda claro que la conversación en torno a la identidad de género en los deportes está lejos de estar resuelta, y es probable que personas como Griner sigan desempeñando un papel fundamental en la configuración del discurso en torno a estos temas complejos y delicados.