“La gente no tiene educación, tener cromosomas XY no significa que seamos tipos”. La nueva declaración de Brittney Griner genera indignación en las redes sociales.

La estrella de la WNBA, Brittney Griner, tras una temporada destacada con las Phoenix Mercury, desató un revuelo en redes sociales con un vídeo de una entrevista sincera que se viralizó de la noche a la mañana. En el debate sobre identidad de género y deportes, Griner declaró: “La gente es ignorante; tener cromosomas XY no significa que seamos hombres”. El comentario, que buscaba desmentir mitos sobre el sexo biológico, ha dividido a fans y críticos por igual, acumulando más de 500.000 visualizaciones en cuestión de horas.

Griner, seis veces All-Star de la WNBA y dos veces medallista de oro olímpica, ha sido durante mucho tiempo una firme defensora de los derechos LGBTQ+, basándose en sus propias experiencias como mujer queer en el deporte profesional. Esta declaración surgió durante un episodio de podcast centrado en la inclusión en el atletismo, donde abordó los persistentes rumores sobre su género, generados por su estatura y su voz grave. Con 2,05 m, Griner ha sido objeto de escrutinio desde sus años universitarios en la Universidad de Baylor.

La controversia se remonta a los Juegos Olímpicos de París 2024, donde la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) descalificó a la boxeadora italiana Imane Khelif por presuntos cromosomas XY, lo que avivó el debate mundial sobre la verificación del sexo en el deporte femenino. Griner, aunque no está directamente involucrada, se ha pronunciado en contra de estas pruebas, argumentando que perjudican injustamente a las mujeres que no se ajustan a las normas femeninas tradicionales. Su último comentario replantea la narrativa, enfatizando que los cromosomas por sí solos no definen el género.

Las redes sociales estallaron de inmediato, con influencers conservadores calificando las palabras de “delirantes” y un “ataque directo a la biología”. En X, antes Twitter, el usuario @TruthMagnate publicó un hilo burlón cuestionando la anatomía de Griner, obteniendo 4000 “me gusta” y respuestas llenas de memes transfóbicos. La publicación decía: “¿Es posible que ‘sus’ penes y cromosoma Y también tuvieran algo que ver?”, lo que desató una acalorada discusión.

Las cuentas feministas y TERF (feministas radicales transexcluyentes) amplificaron la reacción, insistiendo en que los cromosomas XY denotan inequívocamente masculinidad. @djvalerieblove tuiteó: «Si tienes cromosomas XY, deberías estar en una prisión, un baño, un vestuario o un equipo deportivo con otras personas XY como tú». Esto reflejó los sentimientos de más de 100 publicaciones similares, muchas de las cuales etiquetaban directamente a Griner y pedían sanciones a la WNBA.

Por otro lado, aliados LGBTQ+ y periodistas deportivos se movilizaron en defensa. Brian Krassenstein, un destacado comentarista, aclaró la ciencia: «Sí, una mujer biológica puede tener cromosomas XY debido a ciertas condiciones genéticas como el síndrome de insensibilidad androgénica completa». Su hilo, con más de medio millón de visitas, destacó cómo los trastornos del desarrollo sexual (DSD) difuminan las fronteras binarias, lo que le valió elogios por educar en medio del caos.

La historia de Griner añade más matices al revuelo. Detenida en Rusia durante casi 10 meses en 2022 por cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís, regresó convertida en heroína nacional, aunque enfrentó rumores sobre su género. En sus memorias, “In My Skin”, detalló el acoso que sufrió en su infancia debido a sus rasgos masculinos, un tema que retomó en la entrevista: “Me llamaban ‘niño’ por mi voz y mi pecho”.

La WNBA, cuya asistencia se ha disparado con estrellas como Caitlin Clark, ahora se enfrenta a este desafío. La comisionada de la liga, Cathy Engelbert, emitió una declaración mesurada: «Apoyamos el derecho de nuestras jugadoras a hablar con autenticidad sobre temas que les importan». Sin embargo, entre bastidores, los ejecutivos se preocupan por las retiradas de patrocinadores, lo que recuerda a boicots pasados ​​por posturas sociales.

Críticos como @marge8 criticaron el “lenguaje emotivo” de Griner, calificándolo de manipulador, argumentando que trata con condescendencia a quienes se oponen a la ideología de género. Las respuestas fueron abundantes, y un usuario comentó: “XX = ♀️, XY = ♂️; estos cromosomas se asignan en la concepción y permanecen inalterados”. Este absolutismo binario chocaba con la exigencia de Griner de matizar, convirtiendo las líneas temporales en campos de batalla.

Sin embargo, sus simpatizantes celebraron su audacia. GLAAD, el grupo de defensa de los medios LGBTQ+, tuiteó su solidaridad: «Brittney Griner está usando su plataforma para combatir la desinformación que perjudica a las personas trans y no binarias». Etiquetas como #StandWithBG fueron tendencia brevemente, contrarrestando el #GrinerGate promovido por cuentas de derecha.

El debate derivó en guerras culturales más amplias, con podcasters analizando las palabras de Griner fotograma a fotograma. El presentador conservador Rob Schmitt, de Newsmax, bromeó: «De las canchas de baloncesto a las clases de biología: la última lección de la WNBA sobre concienciación». Mientras tanto, medios progresistas como The Advocate lo presentaron como una lección sobre la visibilidad intersexual.

Griner abordó el frenesí en una historia posterior de Instagram, diciendo: “Odio el odio, amo la conversación. Educación por encima de la ignorancia”. Su aplomo bajo presión refleja su resiliencia en la cancha, donde promedia 17.5 puntos y 6.3 rebotes por partido esta temporada.

Al calmarse la situación, este incidente subraya el papel del deporte en los cambios sociales. Con el Título IX en revisión y las prohibiciones a atletas trans proliferando en 24 estados, la voz de Griner amplifica una lucha crucial. ¿Unirá o polarizará aún más? Solo el tiempo, y más momentos virales, lo dirán.

Expertos como la Dra. Katrina Karkazis, autora de “La solución al 100%”, opinan: “Los cromosomas son solo una pieza; el género es un espectro moldeado por hormonas, genes e identidad”. Su perspectiva, compartida en artículos de opinión, insta a ir más allá de la fijación del ADN.

Para Griner, la reacción es personal, pero familiar. Casada con su compañera jugadora de la WNBA, Cherelle Watson, desde 2019, representa la creciente representación queer de la liga. Sin embargo, como comentó una fan en Reddit: «No solo lucha contra los trolls; lucha por los jóvenes que se sienten marginados».

La respuesta de la WNBA podría sentar precedentes. El apoyo anterior al movimiento Black Lives Matter atrajo multitudes, pero también críticas; ahora, las conversaciones sobre género ponen a prueba esa tolerancia. Los analistas predicen una caída del 15 % en las ventas de productos si los boicots cobran fuerza, según datos de Nielsen.

El equipo de Griner se mantiene impasible y programa eventos comunitarios sobre inclusión. En Phoenix, donde entrena, grupos LGBTQ+ locales le atribuyen el mérito de haber incrementado la participación juvenil en el deporte en un 30 % desde su regreso.

Esta saga pone de manifiesto la velocidad de la desinformación en línea. Los verificadores de datos de Snopes desmintieron las afirmaciones falsas sobre la “confirmación XY” de Griner, rastreándolas hasta filtraciones no verificadas de la IBA. Aun así, el daño persiste, con un aumento del 400 % en las tendencias de búsqueda de “cromosomas de Brittney Griner”.

Con la llegada de los playoffs de la WNBA de 2025 a la vista, Griner aspira a otro anillo. Fuera de la cancha, sus palabras desafían las normas, obligando a reflexionar sobre qué define a un “tipo” o a un campeón. En una era de cámaras de eco, su verdad sin filtros se abre paso, sin importar la indignación.

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