El 26 de noviembre de 2025, la NASA lanzó una alerta de emergencia sin precedentes que sacudió al mundo científico y al público general. El cometa interestelar 3I/ATLAS, descubierto apenas en julio de este año, ha comenzado a expulsar chorros masivos de vapor de agua hacia el espacio profundo.
Las imágenes captadas por el telescopio Hubble muestran una columna de vapor colosal, comparable a una manguera de bomberos cósmica descontrolada, que se extiende por miles de kilómetros. Los expertos admiten que este fenómeno desafía todas las teorías conocidas sobre la dinámica cometaria.

El cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar confirmado en nuestro sistema solar después de ‘Oumuamua y 2I/Borisov, fue detectado el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS en Chile. Su trayectoria hiperbólica reveló su origen extraplanetario, proveniente de las profundidades del espacio interestelar.
Inicialmente, los científicos esperaban un comportamiento predecible, pero las observaciones recientes han cambiado todo. El perihelio, punto más cercano al Sol, se produjo el 29 de octubre, y desde entonces, la actividad ha escalado de manera alarmante.
Las observaciones del Observatorio Swift de la NASA, realizadas en julio y agosto, detectaron por primera vez vapor de agua y radicales hidroxilo (OH) en la coma del cometa.
Sin embargo, lo que se vio el 25 de noviembre fue algo inédito: chorros violentos de agua que forman una estructura columnar masiva, visible incluso desde telescopios terrestres. “Es como si el núcleo estuviera sangrando agua a presión”, declaró el astrofísico Karel Bodewits en una conferencia de prensa.
La columna mide al menos 50.000 kilómetros de longitud, superando en volumen a cualquier emisión cometaria registrada previamente.
Los científicos de la NASA y la ESA están perplejos. Normalmente, los cometas liberan gas y polvo al calentarse cerca del Sol, pero 3I/ATLAS lo hace a una distancia de 1.4 unidades astronómicas, donde la temperatura debería ser demasiado baja para sublimar hielo de agua de forma tan explosiva.
El James Webb Space Telescope (JWST) confirmó en agosto la presencia de dióxido de carbono (CO2) abundante en la coma, junto con pequeñas cantidades de vapor de agua y monóxido de carbono (CO).
Pero estos nuevos chorros sugieren una liberación catastrófica, posiblemente de un reservorio subterráneo de hielo en el núcleo.
La alerta de emergencia se emitió porque esta eyección masiva podría alterar la órbita del cometa ligeramente, debido a los efectos no gravitacionales del outgassing.
Aunque 3I/ATLAS pasará a 1.8 unidades astronómicas de la Tierra el 19 de diciembre, sin riesgo de impacto, la NASA teme que los chorros generen una nube de partículas que interfiera con satélites o misiones espaciales. “No entendemos el mecanismo.
Podría ser una fractura en el núcleo o algo completamente nuevo”, admitió la administradora de la NASA, Pamela Melroy, en un comunicado oficial.

En las redes sociales, el fenómeno ha desatado una tormenta de especulaciones. El hashtag #CometaSangrante acumula más de 500 millones de visualizaciones en X, con usuarios compartiendo memes de “alienígenas regando el cosmos”. Teorías conspirativas sugieren que 3I/ATLAS es una sonda extraterrestre defectuosa, liberando “combustible” en lugar de agua.
Otros, más científicos, proponen que el cometa proviene de un sistema estelar con composiciones químicas radicalmente diferentes, explicando su comportamiento anómalo.
El Hubble capturó imágenes detalladas el 21 de julio, mostrando un núcleo de entre 440 metros y 5.6 kilómetros de diámetro, rodeado de una coma rica en jets espirales.
Las observaciones del Very Large Telescope en Chile detectaron cianuro y vapor de níquel atómico, similares a cometas solares, pero la escala de la eyección de agua es única.
Un estudio preliminar del JWST estima que el cometa emite 129 kg de CO2 por segundo, junto con 6.6 kg de agua, pero los chorros actuales multiplican esa cifra por diez.
Expertos internacionales se han unido al esfuerzo. La Agencia Espacial Europea descartó enviar una sonda debido a la velocidad del cometa, pero el Mars Reconnaissance Orbiter capturó imágenes en octubre, revelando una cola compleja con hasta cinco jets en direcciones múltiples.
Astrónomos aficionados en todo el mundo reportan avistamientos visuales del cometa como un punto brillante en la constelación de Virgo, visible con binoculares hasta finales de noviembre.
Este evento marca un hito en la astrofísica. Por primera vez, detectamos vapor de agua de un objeto interestelar, ofreciendo pistas sobre la química del espacio profundo. “Los ingredientes para la vida no son exclusivos de nuestro sistema”, reflexionó Bodewits.
Sin embargo, la falta de explicación para los chorros masivos genera inquietud. ¿Es una anomalía natural o evidencia de procesos geológicos alienígenas en el núcleo?
La NASA ha elevado el nivel de monitoreo, utilizando el SPHEREx para analizar la composición espectral en tiempo real. Datos preliminares indican que el hielo de agua en la coma consiste en granos finos menores a 1 micrómetro, eyectados por outgassing de volátiles como CO2.
Pero la columna de vapor persiste, visible como una neblina etérea que se expande a velocidades supersónicas.
En el plano público, el cometa ha inspirado una oleada de interés científico. Programas educativos en escuelas de EE.UU. y Europa incluyen lecciones sobre 3I/ATLAS, mientras que documentales de la BBC y National Geographic ya están en producción.
El Minor Planet Center actualiza su posición diariamente, confirmando que no hay desviaciones inesperadas en su trayectoria.

Sin embargo, la alerta subraya los riesgos de la exploración espacial. Cometas como este podrían generar tormentas de meteoros impredecibles o contaminar órbitas con polvo interestelar. La NASA insta a la comunidad global a compartir datos de observatorios amateurs para refinar modelos predictivos.
A medida que 3I/ATLAS se aleja del Sol, su actividad debería disminuir, pero los científicos temen un “último estertor” antes de diciembre. El cometa reaparecerá visible en el cielo nocturno a principios de ese mes, ofreciendo una última oportunidad para estudiar este enigma cósmico.
Este descubrimiento redefine nuestra comprensión de los objetos interestelares. 3I/ATLAS no es solo un visitante fugaz; es un mensajero de mundos lejanos, trayendo agua y misterios que podrían reescribir la historia de la vida en el universo.
Mientras la columna de vapor se disipa en el vacío, una pregunta persiste: ¿qué secretos guarda este cometa rebelde?
La comunidad científica debate intensamente. Algunos sugieren que los chorros son resultado de una colisión reciente en el espacio interestelar, fracturando el núcleo y liberando agua atrapada. Otros proponen criovolcanismo, similar a los géiseres de Encélado en Saturno, pero a escala interestelar.
Publicaciones en arXiv ya acumulan cientos de preprints analizando los datos del JWST.
En América Latina, observatorios en Chile y México contribuyen con datos cruciales, dada la trayectoria del cometa. El ATLAS en Río Hurtado, que lo descubrió, celebra su rol en este hito.
Astrónomos locales reportan que la coma brilla con un tono azulado inusual, posiblemente por la dispersión de partículas de hielo.
El impacto cultural es innegable. Artistas y escritores inspirados crean obras sobre “el cometa que llora”, simbolizando la fragilidad cósmica. En foros como Reddit, hilos con millones de comentarios especulan sobre implicaciones para la búsqueda de vida extraterrestre.
La NASA concluye su alerta con un llamado a la colaboración global. “Este es un momento pivotal para la astronomía”, dijo Melroy. Mientras 3I/ATLAS se desvanece en la oscuridad, nos deja con una verdad inquietante: el universo es más salvaje y húmedo de lo que imaginábamos.