Última hora: Lionel Messi y otras grandes estrellas estarían planeando abandonar la MLS y Estados Unidos inmediatamente después de que termine la temporada, tras la firma oficial del contrato récord de Cristiano Ronaldo con Trump. Un acuerdo que transformará por completo el sistema del fútbol estadounidense.

Según informes, Lionel Messi y otras grandes estrellas planean abandonar la MLS y Estados Unidos inmediatamente después de que termine la temporada, tras la firma oficial del contrato récord de Cristiano Ronaldo con Trump. Un acuerdo que transformará por completo el sistema del fútbol estadounidense.

El mundo del fútbol se estremeció el 19 de noviembre de 2025 al conocerse la noticia de que Cristiano Ronaldo había firmado un contrato multimillonario de 500 millones de dólares por cinco años con una franquicia de la MLS respaldada por Trump. El club, bautizado como “Trump United FC”, tiene previsto su lanzamiento en 2026, con el apoyo de un consorcio formado por magnates inmobiliarios e inversores saudíes. El fichaje de Ronaldo, anunciado en una fastuosa gala en Mar-a-Lago, promete inyectar un poder estelar y una financiación sin precedentes al fútbol estadounidense.

Ronaldo, el astro portugués de 40 años, ha expresado abiertamente sus ambiciones tras su etapa en el Al-Nassr. Recién llegado de una cena en la Casa Blanca con el presidente Donald Trump y el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, describió su fichaje como «el sueño americano definitivo». El contrato incluye participación accionaria, acuerdos publicitarios con estadios de la marca Trump y una cláusula para giras mundiales. Fuentes internas lo consideran «el mayor golpe maestro del fútbol desde la llegada de Beckham al LA Galaxy».

Trump, un apasionado del fútbol desde siempre, aclamó a Ronaldo como «el mejor de todos los tiempos que convertirá a Estados Unidos en la superpotencia futbolística». Según se informa, el acuerdo incluye la construcción de un estadio con capacidad para 100 000 espectadores en Florida, con palcos de lujo y venta de entradas mediante criptomonedas. El respaldo del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí (PIF) garantiza la solidez financiera, posicionando al Trump United como rival de pesos pesados ​​de la MLS como el Inter Miami y el LAFC.

Las repercusiones se sienten con mayor fuerza en la MLS, donde Lionel Messi, de 38 años, lidera el coro de estrellas descontentas. Fuentes cercanas a la leyenda argentina revelan que está furioso por el desequilibrio de poder, pues teme que el gobierno de Trump monopolice el talento y los contratos televisivos. El entorno de Messi, a través de intermediarios anónimos, confirmó su intención de abandonar el Inter Miami tras los playoffs de 2025, con la mira puesta en un regreso al Barcelona o una cesión al Inter de Milán para prepararse para el Mundial.

La frustración de Messi radica en la falta de transparencia del acuerdo. “Es una adquisición hostil disfrazada de inversión”, susurró un agente a ESPN. El Inter Miami, impulsado por la Bota de Oro de Messi en 2025 (29 goles), ahora enfrenta dificultades financieras al no contar con la financiación necesaria. La directiva de los Herons, liderada por Jorge Mas, buscó desesperadamente capital de emergencia, pero la agresiva política de Trump de captar jugadores —robándoles ojeadores a clubes rivales— ha deteriorado las alianzas.

Otras figuras destacadas de la MLS se hicieron eco de la postura de Messi. Luis Suárez, su compañero uruguayo en la delantera, insinuó su regreso a Nacional en Montevideo. Sergio Busquets, el maestro del mediocampo, sopesó la posibilidad de volver al Barcelona, ​​alegando “prioridades familiares”. Incluso estrellas nacidas en Estados Unidos como Weston McKennie y Christian Pulisic manifestaron su inquietud, y Pulisic llegó a insinuar un posible regreso al Chelsea. “La marcha de Ronaldo se siente como el fin del cuento de hadas de la MLS”, publicó Pulisic de forma enigmática en Instagram.

Las redes sociales se encendieron con el hashtag #MSLExodus, que se convirtió en tendencia mundial y alcanzó los 10 millones de menciones en 24 horas. Los aficionados crearon memes de Trump apodándolo “El Emperador del Fútbol”, con Ronaldo editado digitalmente sobre un águila dorada. Voces progresistas denunciaron los vínculos con Arabia Saudí como “lavado de imagen a través del deporte 2.0”, vinculándolos con preocupaciones sobre derechos humanos. Por otro lado, los partidarios de Trump lo celebraron como “un gran triunfo para el deporte estadounidense”.

El comisionado de la MLS, Don Garber, convocó una reunión de emergencia de la junta directiva en Nueva York. «Esta alianza acelera nuestro crecimiento», declaró diplomáticamente, pero las filtraciones sugieren pánico interno ante la posibilidad de una investigación antimonopolio. El acuerdo de la liga con Apple TV, valorado en 1.500 millones de dólares, podría dispararse hasta los 5.000 millones bajo la influencia de Trump United, pero a costa de la competitividad. Las cuotas de expansión para las nuevas franquicias podrían triplicarse, dejando fuera del mercado a los propietarios de nivel medio.

Los detalles del contrato de Ronaldo se filtraron al estilo de WikiLeaks: un salario base de 100 millones de dólares, 200 millones en bonos por rendimiento y 200 millones para proyectos extradeportivos como coleccionables NFT y academias de la marca Trump. El contrato estipula 20 partidos amistosos anuales, dirigidos a mercados como Texas y Nevada. Trump, aprovechando el impulso de su campaña de reelección para 2024, prevé que el Trump United sea el equipo insignia para la organización conjunta del Mundial de 2026.

En Miami, el entorno de Messi respondió con una sutil historia en Instagram: un escudo descolorido de la MLS superpuesto con la bandera argentina. Según TyC Sports, ha recibido ofertas del PSG para una despedida en la Champions League. Suárez, en una entrevista con Radio Caracol, lamentó: “Hemos construido algo hermoso aquí, pero este acuerdo lo envenena”. Busquets, siempre diplomático, declaró a Marca: “Agradecido con la MLS, pero mi legado me llama a otra parte”.

La reforma abarca también la infraestructura. Trump United planea centros de ojeo impulsados ​​por IA y programas de desarrollo de jóvenes talentos en los campos de golf de Trump. La participación del PIF replica su modelo Al-Nassr, donde Ronaldo anotó 83 goles desde 2023. Los críticos, entre ellos la presidenta del comité de ética de la FIFA, Maria Claudia Lacouture, advierten de posibles conflictos con la gobernanza global, lo que podría acarrear sanciones.

Las reacciones de los aficionados se dividieron según su afiliación política. En los estados republicanos, en los estacionamientos se escuchaban cánticos de “¡CR7 para presidente!”. En los foros de los estados demócratas, como r/MLS de Reddit, abundaban las promesas de boicot. Una petición en Change.org por “Juego Limpio en el Fútbol Estadounidense” consiguió 500.000 firmas de la noche a la mañana, exigiendo investigaciones del Congreso sobre la influencia extranjera.

El delicado equilibrio que mantiene Garber se vuelve cada vez más precario. La asistencia a los partidos de la MLS en 2025 aumentó un 30% tras la llegada de Messi, alcanzando los 10 millones de aficionados en toda la liga. Pero la valoración proyectada de Trump United, de 1.000 millones de dólares, podría superar esa cifra, atrayendo a jugadores descartados de la Premier League como Raheem Sterling. Los agentes predicen una fuga de talentos, con un 15% de los Jugadores Franquicia buscando una salida para 2026.

Ronaldo, imperturbable, anticipó su debut en EE. UU. en X: «¡América, prepárense para SIUUU!», con 50 millones de visualizaciones. Trump retuiteó, añadiendo: «¡El mejor trato de la historia, mejor que mis filetes!». La amistad entre ambos, forjada en la Casa Blanca, subraya la fusión entre el deporte y la política. El papel de embajador de Ronaldo, perfeccionado en la diplomacia saudí, ahora se centra en la expansión en EE. UU.

Para Messi, la decepción es personal. Su etapa en el Inter Miami le reportó 53 goles y 37 asistencias en 57 partidos, además de un triunfo en la Copa de la Liga de 2024. Sin embargo, los rumores de agotamiento por la competencia desigual —que se hicieron eco en sus entrevistas de 2025— coinciden con esta salida. «La MLS fue un reinicio», declaró, según una fuente. «Ahora, es momento de buscar la gloria eterna».

Se avecinan implicaciones de mayor alcance para las candidaturas a la Copa Mundial de 2026. La Federación de Fútbol de Estados Unidos ve al Trump United como un escaparate, pero las federaciones europeas se quejan de la comercialización. El presidente de la CONCACAF, Victor Montagliani, elogió la “innovación”, mientras que Aleksander Ceferin, de la UEFA, la calificó como “un proyecto personal de un multimillonario”.

A medida que se acerca la final de la MLS Cup 2025 el 7 de diciembre, la tensión crece. El Inter Miami, cabeza de serie, se enfrenta a la posibilidad de una fuga de talentos. Messi, capitán de la selección argentina que defiende su título mundialista, prioriza su estado físico sobre la polémica. Pero en privado, considera la marcha de Ronaldo como la gota que colmó el vaso en su rivalidad, que se ha trasladado del terreno de juego a los despachos.

En retrospectiva, esta saga redefine la trayectoria del fútbol estadounidense. Desde la llegada de Messi en 2023 como una modesta revolución hasta el arrollador ascenso de Ronaldo impulsado por Trump, la liga se transforma en un coloso global. Sin embargo, ¿a qué precio para su esencia? Mientras las estrellas hacen las maletas, una verdad perdura: en el gran circo del fútbol, ​​los fichajes más importantes cambian las reglas.

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