«No puedo volver atrás…» — Fabio Quartararo se sincera sobre el secreto que casi destruye su carrera. Lee el artículo en los comentarios a continuación 👇

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En una reciente y sincera entrevista en el podcast italiano Mig Babol, presentado por el expiloto de Moto3 Andrea Migno, Fabio Quartararo, campeón del mundo de MotoGP 2021, reveló una lucha profundamente personal que casi descarriló su ilustre carrera. El piloto francés, conocido por su velocidad y carisma, habló sobre un período de intensa agitación psicológica que lo dejó cuestionando su pasión por las carreras. Esta revelación se produce mientras Quartararo continúa enfrentando desafíos con Yamaha, destacando el costo mental del automovilismo profesional.

El ascenso de Quartararo en MotoGP fue meteórico. Después de hacerse con el campeonato en 2021 con actuaciones dominantes, luchó ferozmente por el título en 2022, terminando segundo detrás de Francesco Bagnaia. Sin embargo, el inicio de la temporada 2023 marcó un marcado contraste. La moto de Yamaha tuvo problemas con la competitividad y Quartararo se encontró languideciendo fuera de los cinco primeros, a veces incluso entre los diez primeros. Esta repentina caída en el rendimiento fue más que un revés profesional; invadió su vida personal.

Reflexionando sobre esa época, Quartararo la describió como el “peor momento” de su carrera y de su vida personal. “Fue muy duro porque pasas de: ganas el campeonato en 2021, luchas hasta la última carrera por el título en 2022, y en la primera parte de la temporada 2023 ni siquiera estás entre los 5 primeros, ni siquiera entre los 10 primeros”, compartió. La frustración aumentó cuando regresó a casa infeliz, desconectado de la alegría que una vez definió su existencia.

El ciclista admitió que las validaciones externas como un contrato lucrativo significaron poco durante esta fase oscura. “La gente te dice ‘pero tienes un buen contrato, estás ganando dinero’ pero en ese momento no piensas en eso. Piensas en que no estás disfrutando de la vida, y eso fue muy, muy duro para mí”, confesó Quartararo. Este vacío emocional amenazó con consumirlo, empujándolo al borde de alejarse del deporte que amaba.

Las luchas de Quartararo subrayan un problema más amplio en los deportes de alto riesgo: la salud mental. En MotoGP, donde los pilotos superan sus límites físicos y mentales a más de 200 mph, la presión puede ser abrumadora. Su historia se hace eco de la de otros atletas que han enfrentado batallas similares, enfatizando la necesidad de sistemas de apoyo dentro de los equipos y la comunidad en general.

A pesar de las dificultades, Quartararo perseveró. Hasta las vacaciones de verano de 2023, solo había conseguido dos podios, y sus mejores resultados fueron el séptimo puesto, lo que le situó noveno en la clasificación. Sin embargo, prefirió la paciencia al pánico y aceptó las limitaciones de Yamaha mientras abogaba por mejoras. Su última victoria, en el Gran Premio de Alemania de 2022, parecía un recuerdo lejano, pero alimentó su determinación.

En los últimos años, Quartararo ha expresado su frustración con el progreso de Yamaha, pero sigue comprometido. Las pruebas y actualizaciones recientes son prometedoras, aunque modera las expectativas. “Prefiero no esperar nada”, comentó una vez en discusiones sobre el desarrollo del equipo, reflejando un optimismo cauteloso nacido de decepciones pasadas.

De cara al futuro, Quartararo se inspira en compañeros como Marc Márquez, quien sacrificó un contrato considerable para unirse a un equipo más competitivo. “En el caso de Marc lo hizo entre contratos, era un momento más delicado, pero renunció a una suma muy grande de dinero para tener una moto competitiva y eso me sirve de ejemplo a la hora de pensar en mi futuro”, señaló Quartararo. Esta apertura sugiere que podría considerar movimientos similares después de 2026 si Yamaha no cumple.

Los problemas mecánicos han agravado sus desafíos. Incidentes como fallas en los dispositivos de altura de manejo que provocaron choques, como se vio en carreras que lo involucraron a él y a Miguel Oliveira, resaltan problemas técnicos que escapan a su control. Un desgarrador abandono en el Gran Premio de Gran Bretaña debido a tal mal funcionamiento lo dejó devastado, lo que subraya la fragilidad del éxito en MotoGP.

La capacidad de Quartararo para “desconectar su cerebro” durante los ataques de tiempo ha sido una fortaleza única, que le ha permitido lograr poles a pesar de las limitaciones de la bicicleta. Este truco mental le ayudó a conseguir hazañas especiales, pero no pudo protegerlo por completo de la tensión emocional de un rendimiento deficiente constante.

A partir de noviembre de 2025, Quartararo continúa compitiendo con Yamaha, centrándose en ganancias incrementales. Admisiones recientes, como que falta “un poco de todo” en velocidad, estabilidad y agarre, muestran obstáculos continuos, pero elogia los pequeños aspectos positivos en la electrónica y el manejo.

Su revelación sirve como un poderoso recordatorio de que incluso los campeones enfrentan batallas invisibles. Al compartir su historia, Quartararo pretende desestigmatizar los debates sobre salud mental en el deporte del motor, animando a otros a buscar ayuda. “No puedo volver a ese lugar”, dio a entender, señalando su determinación de seguir adelante con un propósito renovado.

En el vertiginoso mundo de MotoGP, el viaje de Quartararo de la desesperación a la resiliencia inspira. Mientras mira las temporadas futuras, los fanáticos esperan regresar a los podios, pero más importante aún, su bienestar continuo. Su lucha secreta, ahora pública, humaniza al jinete detrás del casco, demostrando que la verdadera fuerza reside en la vulnerabilidad.

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